Imágen: TEDDesde tiempos remotos, el cuestionamiento ha constituido la esencia del ser. Si circunscribimos esta indagación al devenir de la ciencia, podríamos referirnos a una sucesión temporal de supuestos que desencadenan en el aprendizaje socio-constructivista.
Un recorrido por los orígenes de la tecnología da cuenta de cómo su desarrollo conlleva al efecto multiplicador del crecimiento científico y de cómo la ciencia produce tecnología para aumentar la producción – producción que se traduce en investigaciones que contribuyen a la diseminación de información, aglutinada en torno a recursos tecnológicos plasmados en Internet.
La Sociedad del Conocimiento, ahora, se nutre de y nutre al desarrollo de las TICs. Éstas aplicadas a la educación originan un nuevo paradigma en respuesta al rápido desarrollo tecnológico y la necesidad imperiosa de formación continua.
La Educación a Distancia en el marco de las TICs ha venido a darle al individuo la oportunidad de ser el centro del proceso de aprendizaje, de aprender haciendo, de construir sus propios esquemas en tiempo y forma con la mediación del docente.
Tecnología, información y comunicación son así ejes para una educación integral donde la tecnología está al servicio de la educación, el docente acompaña y el alumno construye, comparte, colabora, se relaciona con el mundo del saber y del hacer.
No menos importante es la filosofía del software libre marcada por la explosión de cantidad de aplicaciones, herramientas, plataformas para desarrollar y compartir información en tiempos de escasos recursos económicos y temporales. Asimismo, poseemos un gran caudal de recursos humanos para asumir el protagonismo de usuario, aprendiendo 'con' y 'del' otro, y para realizar elecciones informadas tendientes a mejorar la tarea docente.
En mi práctica docente, estimo que el uso de la Web 2.0 adquiere importancia significativa a nivel disciplinar, procedimental y actitudinal. En lo disciplinar, el desarrollo de la competencia comunicativa en la enseñanza de lenguas extranjeras se ve limitado por la falta de interactividad con un lector o un escucha real que esté fuera de los límites del aula, sea la lengua un medio para acercarlo a la cultura de origen o a exploraciones multiculturales . En lo procedimental, nos permite recrear nuevas maneras de aprender y de alfabetizar más allá del correo electrónico o del chat o de la visita ocasional a un sitio web. En lo actitudinal, nos ofrece un recurso válido para fomentar la educación en valores: colaboración, el respeto, la empatía, la ética. De manera transversal a todo esto, diría que el aprender haciendo, el jerarquizar, analizar, buscar, crear nos ayudará a desarrollar destrezas y habilidades que fortalezcan el pensamiento crítico.
El desafío ya está planteado por José Luis Orihuela: “Si no conseguimos que la educación, la alfabetización digital y la conciencia cívica avancen en paralelo al desarrollo tecnológico, entonces las nuevas herramientas servirán para manipular mejor a una mayor cantidad de personas, que -además- estarán convencidas de que son muy modernas y participativas.”